Primer misterio: Contemplamos a San José, EL
HOMBRE JUSTO a los ojos de Dios.- (Mt. 1,18-21.24).
El nacimiento de
Jesucristo fue así:
María, su madre, estaba comprometida
con José y cuando todavía no habían vivido juntos,
concibió un hijo por obra del Espíritu
Santo. José, su esposo, que era un
hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió
abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del
Señor se le apareció en sueños y le dijo:
"José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa,
porque lo que ha sido engendrado en ELLA proviene del Espíritu
Santo. Ella dará a luz un hijo a quien pondrás el nombre
de Jesús, porque ÉL salvará a su pueblo de todos sus
pecados".
Todo esto sucedió
para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por
el Profeta: " La Virgen concebirá
y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel,
que significa: 'Dios-con-nosotros'".
Al despertar, José hizo lo que el Ángel
del Señor le había ordenado y recibió en su
casa a su esposa. Y sin que tuvieran relaciones dió a luz un hijo
al que José puso el
nombre de JESÚS.
Reflexión: San
José se adhirió, con total confianza, al proyecto de Dios
sobre él. ¿Y nosotros nos dejamos guiar en nuestras opciones
por la Palabra de Dios y por la Palabra de la Iglesia?.-
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( Padrenuestro,
10 Ave María, Gloria ...)
Segundo misterio: contemplamos
a San José, EL ESPOSO
VIRGINAL, de María Santísima.
(Lc.
1,34-38).
María entonces dijo al Ángel: "¿cómo
podré ser madre, si yo no convivo con
ningún hombre?"."El
Espíritu Santo descenderá sobre tí y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el Niño
será Santo y se lo llamará Hijo de Dios. También tu
parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era
considerada estéril ya se encuentra en su sexto mes de embarazo,
porque no hay nada imposible para Dios".
María
dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor; que se cumpla en
mí lo que has dicho". Y el Ängel se alejó.
Reflexión: El matrimonio, entre bautizados, es sacramento, signo
del amor entre Cristo y la Iglesia. Es un camino hacia la santidad cristiana.
El matrimonio se vive cristianamente cuando el diálogo, el mutuo
amor, la misma procreación y la educación de los hijos corresponden
plenamente al proyecto de Dios expresado en la Palabra revelada y en la
enseñanza de la Iglesia. La Sagrada Familia de Nazaret sea para
todas las familias modelo de unión, virtudes domésticas y
santidad.
(Padrenuestro,10 Ave María,
Gloria...)
Tercer misterio contemplamos
a San José, EL EMIGRANTE LLENO DE CONFIANZA ,en la huída
a Egipto. (Mt. 2, 13-15).
Después de la partida de los Magos el Ángel del Señor
se apareció en sueños a José y le dijo:
"Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece
allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al
niño para matarlo". José se
levantó de noche, tomó al niño y a su madre, y se
fue a Egipto.
Allí permaneció hasta la muerte
de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado
por medio del Profeta:" Desde Egipto llamé a mi hijo".
Reflexión: Los padres cristianos tienen que poner su mayor cuidado
para defender a sus propios hijos en la vida física, moral
y espiritual. Hay muchos "Herodes" en el mundo de hoy, que causan
un inmenso peligro especialmente para los pequeños.
(Padrenuestro, 10 Ave María,
Gloria...)
Cuarto
misterio: contemplamos a San José, EL SABIO JEFE de
la Sagradafamilia.
(Lc.2,51-52; Mt.13,54-55a).
Y Jesús regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto
a ellos. Su madre
conservaba cuidadosamente todas estas cosas en su corazón. Jesús
iba creciendo en sabiduría, en estatura
y en gracia delante de Dios y de los hombres.
Jesús, volviendo a su Patria, enseñaba en la Sinagoga, de
tal manera que se decían maravillados:"¿
No es este el hijo del carpintero?".
Reflexión: Una familia se rige también por la presencia
sabia, atenta y cariñosa del padre. El diálogo entre
padres e hijos y la oración en común ayudará a la
familia a descubrir y realizar el proyecto de Dios.
(Padrenuestro,10 Ave María, Gloria
...)
Quinto
misterio:contemplamos a San José,ELFIEL
OBSERVANTE de las
fiestas religiosas. (Lc. 2,
41-43).
"Los
padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en
la fiesta de Pascua. Cuando el niño cumplió
doce años, subieron como de costumbre y acababa la fiesta, María
y José regresaron, pero Jesús permaneció en
Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta".
Reflexión: La religión debe vivirse también *juntos*
en familia. Los padres no deben decir a sus hijos: "¡Vayan
a misa..., vayan a la iglesia..., vayan a confesarse...,
recen las oraciones!". Los padres deben decir en cambio: "¡Vamos
a misa, a confesarnos, etc..."!. La vida familiar es una vida de comunión,
debe sentirse y vivirse comunitariamente, con mucha fuerza.
( Padrenuestro, 10 Ave María,
Gloria ...)
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